Camille Claudel pasó a la posteridad por ser la amante de Rodin, no por sus maravillosas y talentosas obras. Nadie, a excepción de los trabajadores del sanatorio mental, acudió a su entierro y actualmente se desconoce dónde están sus restos. Sus maravillosos ojos azul oscuro se fueron apagando hasta que dejaron de brillar.
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¿Cómo surgió la novela?
Conocí la obra de Camille hace muchos años, unos veinte, cuando fui por segunda vez a París y estuve en el Museo de Rodin. Allí había varias obras de Camille, ya que su hermano Paul se las cedió al museo cuando ella ya estaba interna y silenciada. Ahí ya comenzó a interesarme su vida y su historia.
Poco después, mi tía me regaló un libro, Historia de mujeres, que contenía pequeñas biografías de mujeres olvidadas por la historia entre las, cómo no, se encontraba Camille. Mi tía falleció el verano de 2018 y sentí la necesidad de releer aquel libro que ella me había regalado. Y volví a encontrarme con Camille… y ya no la dejé marchar o no me dejó marchar ella a mí. Quién sabe.
Comencé a investigar más sobre ella. Hay infinidad de biografías de ella, de su correspondencia, de su relación con Rodin… Fui esquematizando su vida con fechas y con los hechos más relevantes. Y así, sin más, me decidí a intentar contar, desde mi perspectiva, cómo había sido su vida y todo lo que había sufrido y luchado. Así nació mi primera novela.
La genial escultora Camille Claudel (1864-1943) sucumbió a su propio talento, al desamor y a una sociedad que no estaba preparada para encumbrar su éxito. Odiada por su madre, que deseaba un varón que sustituyera al hijo que había perdido, y envidiada por su hermana, que carecía de su belleza e ingenio, creció con el amor incondicional de su padre y de su hermano, hasta que cayó en brazos de su profesor en la Academia Colarossi. Auguste Rodin la convirtió en su musa, alumna y amante.
El éxito artístico le llegó a la vez que el fracaso amoroso, víctima de engaños y promesas rotas. Las crisis nerviosas y el insomnio se acentuaron con el aborto, mientras esperaba que el maestro cumpliera su palabra y se casase con ella, algo que nunca hizo.
Cuarenta y ocho años después de haber alumbrado a Camille, su madre viajará a París para firmar su ingreso en el sanatorio mental de Ville-Evrard. Observará impasible cómo, al alba, entran tres enfermeros en su taller, le ponen una camisa de fuerza sobre su desnudo cuerpo y la meten en una ambulancia. No le permitirán llevarse nada. Ni El vals, ni Sakountala, ni sus herramientas para esculpir. Nada.
Sinopsis La Lluvia de Camille
Camille Claudel llegó al mundo demasiado pronto. Tenía demasiado talento, belleza y carácter… tanto, que no le gustó ni a su madre, que deseaba tener un varón (para sustituir a su primer hijo, que falleció con tan solo dos semanas) y la odió e hirió toda la vida, hasta que la abandonó en un sanatorio mental. Su padre fue quien la protegió hasta que murió, quien se mudó con toda la familia a París para que su pequeña estudiase escultura porque tenía talento, mucho talento.
Allí se topó con Auguste Rodin, 24 años mayor que ella, que la convirtió en alumna, musa y amante. Las mentiras y las promesas rotas (nunca se casó con ella y se lo llegó a prometer en una carta jurada) fueron haciendo mella en su equilibrio mental, mientras le ayudaba a él a llegar a lo más alto y luchaba, con todas sus fuerzas, para hacerse un hueco en el mundo artístico de París de finales del S.XIX. Naufragó en su intento, en todos los intentos, en el de ser feliz, en el de ser libre y en el de ser una escultora reconocida. Le dejaron naufragar o le hicieron naufragar. Su madre, su querido hermano Paul y el que fuera el amor de su vida, Rodin. Todos ellos lo hicieron.